Friday, August 26, 2005

Urbaneros I

Centro-Garita-Vacacional, Mercado-Azteca, Base-Caleta, Cine Río-La Base. Aunque las rutas de transporte urbano son diferentes, todas llevan a las colonias de la periferia con un mismo ritmo: el de la canción de moda que puede ser a ritmo de cumbia, disco, pop, norteña y hasta merengue-rap.
Los propietarios de autobuses invierten dinero para equipar sus unidades con equipos de sonido que proyectan su sonido más allá de las unidades, ya sea con el fin de atraer a jóvenes o para satisfacer los gustos de sus choferes.
Un camión “bien equipado”, según el criterio de los operadores, debe contar con un autoestéreo, con reproductor de discos compactos, ecualizador, amplificador y un sistema de bocinas surround con dos pares de bocinas principales para colocar al frente y detrás del vehículo, tweeters y una bocina de bajos (bass sound) colocada en la parte trasera.
Este equipo marca un nivel de estatus entre el mismo gremio de los camioneros y mientras más caro y sofisticado sea el sonido, serán más cotizados y respetados como conductores.
“Yo ya llevo gastados como seis mil pesos en el equipo, entre bocinas y aparatos, pero sigo invirtiendo porque me gusta. No me ha importado mucho gastar porque como se la pasa uno todo el día aquí trepado, pues por lo menos que vaya uno oyendo buena música y con buena calidad”, expresó Miguel Martín Soriano Díaz, propietario de una unidad que él mismo bautizó como La Paloma.
“A nosotros nos gusta traer un buen sonido porque siempre impresiona a las chicas que se suben, y muchas de ellas nos hacen platica porque lo que sea de cada quien, uno que trae su camión bien prendidito pues se cotiza entre las chavas. Yo por eso traigo mi ‘asiento ejecutivo’ aquí atrasito y ese está reservado para las jóvenes guapas y solteras”, dice sonriente el conductor de la ruta Centro-Vacacional.
A pesar de que en repetidas ocasiones ha habido operaciones de la Secretaría de Protección y Vialidad para suprimir este tipo de prácticas argumentando que “distraen y provocan accidentes”, los choferes de camiones han impuesto su moda entre la población, soslayando las imposiciones reglamentarias.
“Nunca se va a librar uno de la poli, siempre están encima de uno pero no porque les interese la seguridad de la gente, sino porque quieren su mochada y uno, para quitárselos de encima, pues les tenemos que dar 10 o 20 pesos cuando la hacen de jamón que por el ruido o por hacer parada indebida”, narró el operador y propietario Soriano Díaz.
La música que, por ser los amos y señores de sus camiones, imponen al pasajero, varía según la edad y preferencias del chofer. Los géneros son tan variados como el número de unidades existentes: cumbias, tropicales, baladas, merengue-rap y pop dominicano, éxitos en inglés, clásicos de los ochentas, disco, rap, salsa y artistas como Joan Sebastian, Los Bukis, La Banda del Recodo, Tigres del Norte, Proyecto Uno, Los Yonics y hasta artistas en desuso como Napoleón y Ricardo Ceratto.
En un día normal, una persona puede llegar a subirse hasta a cuatro camiones, en los que sin otra opción tendrá que escuchar la música que seleccione el conductor.
Los choferes de los camiones urbanos se han convertido en el principal monitor de un Hit Parade popular acapulqueño, promover entre la gente de la localidad canciones como Papi Chulo, Golosa, Ya no eres mi bombón, Pan con pan y muchas otras que son exclusivas de este medio de trasporte y que por lo general, por su estilo cachondo y liberal, no se transmiten en las estaciones de radio.
Por lo general, las canciones que hablan de una sexualidad abierta como Dame tu cuchi cuchi son las preferidas entre los conductores que por su juventud, ponen como mensaje indirecto a las pasajeras que merezcan esta atención.
La parafernalia visual
Los conductores pasan recorriendo su ruta de seis a 10 horas diarias por lo que desarrollan un apego especial por sus vehículos, cariño que demuestran con la decoración de los interiores y exteriores de los mismos. En la cabina del conductor, el pasajero podrá encontrar en un marco de luces de neón, torretas policiacas o focos de colores, desde imágenes religiosas y versículos de la biblia hasta dibujos de mujeres en actitud provocativa, pasando por peluches, discos compactos, sujetadores para el cabello, fotografías del conductor frente a su unidad, monitos de plástico, billetes y monedas para la buena suerte y hasta prendas íntimas de mujer que se exhiben en cortinas de terciopelo rojo que se colocan en la parte alta del parabrisas.
En el exterior, algunos propietarios pagan de cinco a 15 mil pesos para dibujar en los medallones, costados y cofre del camión, imágenes realizadas con la técnica de pistola de aire, que van desde una virgen de Guadalupe, Jesús en el Calvario, sirenas, imágenes de deidades prehispánicas, demonios, depredadores, calaveras, amazonas con un tigre de acompañante y hasta personajes de las caricaturas como Pokemon, Bichos, Don Gato y su Pandilla, la Pantera Rosa, Daniel el Travieso y Monsters Inc.
“Yo escogí a los personajes de Monsters Inc. porque son chistosos, además para atraer a los niños y que se vea que es un transporte familiar, muchas veces, las señoras con sus niños no se suben si ven que traes mujeres encueradas, no nos hacen la parada”, comentó Gabriel Solano Martínez, otro operador y propietario de un camión de la línea Centro-Garita-Renacimiento.

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